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LOS PENDEJOS.

Mucho cuidado con la rebelión de los pendejos !




altNueva York.-A propósito del tema en boga de los pendejos dominicanos.  Sus amiguitos del midtown, en Manhattan, alguna vez pensaron que, por ser de figura enjuta y enclenque; era un ser anodino y con falta de espíritu y voluntades titánicas. Simplemente se equivocaron, y él lo demostría con creces,en la isla de los camuflajes: República Dominicana.
El no era un pendejo como creían amigos y conocidos; los pendejos eran elllos que confiaron en un ser taimado y calculador, cuya arma principal era la mentira embaucadora. Luego de salir de los contornos de Nueva York, en donde fue protegido por otros que lo creían un ser inútil;se preparó callada y sigilosamente.
Para no cansar el cuento ni como astutamente como felino en acecho dio el salto; sabemos que tomó la Presidencia de la República y todavía quiere seguir en el poder-dicen algunos que todavia manda;-artículó una red clientelista; hizo del Estado un feudo, y por si fuera poco, contra viento y marea, orquestó todo un tinglado de nepotismo.Como ejemplo de esta práctica hay varios; entre otros,nos “chavó” en Bienes Nacionales, donde todo el mundo está emparentado. Pero además quedan los remanentes de su gobierno que todavía, más o menos,lo enclaustran entre cuatro Paredes: hay Paredes en el Poder Ejecutivo, en las cámaras legislativas, y hasta en las mismas Fuerzas Armadas.

Y no era para tanto, Leonel Fernández Reyna, para mantenerse en el poder, no tenía la necesidad de esquilmar al pueblo dominicano, ni faltarnos al respeto tan atropelladamente.
No le bastó con el sueño de un “Nueva York chiquito”; también volcó su frustración de adolescente en el exterior, al no poder dispendiar recursos como algunos de sus amigos y conocidos en Manhattanpor no tener entre las piernas nada pesado que le colgara; desquitándose con el noble y sufrido pueblo dominicano. En consecuencia,él  ha  provocado mayores lesiones y laceraciones al país, que cualquier micro o narcotraficante a grandes escalas.
Queriendo demostrar que no es un pendejo, como quizás creyeron algunos en Nueva York y República Domincana, desvalijó las arcas del Erario de tal forma, que la fosa deficitaria que dejó en sus doce años, es comparable para muchos dominicanos, al agujero cósmico de una estrella Súper Nova.
Para colmo, nos dejó como vicepresidenta a una mujer que, aunque mucho entienden es “una ‘tiguerona’ con cierta ilustración”, últimamente le ha dado con elaborar artículos de moralidad, cuando ella no es capaz de considerar que es inmoral ascender a esa posición, por el único mérito de ser la esposa de un hombre que quiere perpetuarse en el poder.  Esto es inmoral  y aventurero.
Pero como dice Lipe Collado sobre el tiguere dominicano; se es tiguere cuando se sortea airosamente inconvenientes y avatares cotidianos y politicos; pero también, cuando se actúa con impunidad; se es soez y con ciertas actitudes insociables o antisociales.

Esto también sirve de referencia con la actitud de los pendejos. Se es pendejo cuando somos ingenuos, inútiles y pariguayos, ante ciertos abusos. Pero dice el pueblo que se puede armar una vaina o una “pendejada”, subrayen este término; cuando los pendejos se rebelan y no aguantan más.
Cuando despiertan los pendejos, son capaces de unirse en turbamulta, arrebatar violentamente lo que es suyo a los ladrones; invadir propiedades mal habidas; arrasar con los enseres domésticos, y hasta  sacarles la caja de dientes a sus ofensores, si es que tienen prótesis dentales. ¡Mucho cuidado con la rebelión de los pendejos!
El autor es periodista directivo del CDP,en Nueva York.
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