Se realizó el Festival Latinoamericano de Instalación de Software Libre (FLISoL)
"Con el voto electrónico el fraude electoral es más fácil"

El software abierto es un movimiento mundial con un objetivo tecnológico específico, una filosofía profunda y una práctica concreta: difundir e instalar en equipos personales, públicos y privados la mayor cantidad de programas libres posibles, promoviendo los valores de un conocimiento que escapa de los parámetros habituales de uso y propiedad de las herramientas digitales involucradas en casi todas las esferas de la vida cotidiana. ¿Qué es el software libre y en qué se diferencia del resto del software? Básicamente, está pensado y diseñado para ofrecer al usuario la libertad de modificar, reprogramar, copiar y distribuir entre otros usuarios, sin restricciones, programas con funciones semejantes a las de todo el software protegido por las habituales leyes de propiedad intelectual. El software libre es una alternativa, por lo tanto, de uso y distribución solidaria, en oposición al que por ley está prohibido alterar o distribuir, tal es la clase de tecnología que construyen mercados dominados por corporaciones como Microsoft. ¿Qué ofrece el Festival Latinoamericano de Instalación de Software Libre (FLISoL)? Una oportunidad que, desde 2005, organiza una extensa red latinoamericana -con militantes en más de 200 ciudades en más de 20 países, como España, Brasil, Uruguay, México o Cuba- para promover un mundo cada vez menos secreto. La cara más famosa de estos eventos es la del programador neoyorquino y "gurú" del software libre Richard Stallman, desarrollador del sistema operativo de código abierto -es decir, capaz de ser modificado y compartido por sus propios usuarios- conocido como GNU Linux. Convocada a través de distintos sitios web y redes sociales, la versión argentina del FLISoL tuvo lugar este último sábado en 35 sedes a lo largo y a lo ancho del país. En lugares tan variados y distantes entre sí como la ciudadhamical, en La Ridryn, en Chubut; Pergamino, Lanús y Luján, en Buenos Aires; o Curuzú Cuatiá, en Corrientes, la propuesta fue instalar, de manera gratuita y legal, software libre en los equipos de los asistentes que así lo desearan. Con sus equipos al hombro, asistentes de todas las edades trabajaron a lo largo del día instalando y promoviendo la filosofía del software libre. "El FLISoL, por su característica regional, convoca cada año a más personas y es uno de los eventos colaborativos más importantes", cuenta Vladimir di Fiore, miembro del Programa de Software Libre del Instituto Nacional de Tecnología Industrial. "El software libre presenta varias ventajas para quien decida usarlo: es el único que garantiza real inclusión, identidad cultural y capacidad de auditoría, rompiendo la dependencia consumista del recambio constante de equipos", explica este promotor de un festival que, a través de charlas, talleres y ponencias no pretende llegar sólo a programadores o entendidos en el rubro informático, sino también a usuarios comunes, estudiantes y empresarios que trabajen de manera cotidiana con toda clase de programas. En ese sentido, el software libre ofrece importantes ventajas económicas: a través de su uso, se puede reciclar y reutilizar hardware que para los sistemas operativos tradicionales -como Windows- suele quedar rápidamente obsoleto. "Uno de los recursos para atraer la atención de quienes quieren saber cómo funcionan algunas aplicaciones de software libre son charlas sobre Ubuntu", cuenta uno de los organizadores de la nueva sede de Vicente López, Felipe Lerena. Ubuntu es una de las versiones del sistema operativo GNU Linux más populares entre los principiantes -al punto que tiene su propia agrupación de usuarios- y brinda usos hogareños variados, algunos tan particulares como interconectar distintos aparatos y manejarlos desde la computadora. "Hay programas de software libre para distintas funciones: Mozilla, por ejemplo, es un navegador alternativo al Internet Explorer de Microsoft, así como el Libre Office es la alternativa al Office", explica Guillermo Movia, licenciado en comunicación y miembro de la Comunidad Mozilla de Argentina. "Lo que tratamos es de que la migración de un sistema operativo privativo a uno abierto se haga de manera gradual, instalando programas sencillos para que el usuario aprenda a adaptarse", agrega Pablo Carrai, otro de los organizadores. Uno de los programas más sencillos a tal fin es otro popular navegador para Internet, el Firefox. Lo grupal no es un detalle menor para el FLISoL y muchos de sus organizadores y asistentes se mantienen conectados entre sí durante todo el año, compartiendo experiencias y fomentando grupos de amistades más allá de las pantallas y las plaquetas. Quienes, además, quieran conocer cómo el software libre puede articularse a mayor escala con prácticas políticas colectivas y concretas, blogs como , por ejemplo, permiten pensar la cuestión tecnológica a través de una combinación lúcida y entretenida con programas doctrinarios clásicos, como las tres banderas del peronismo. Además de lo estrictamente aplicado a las computadoras personales y las actividades grupales asociadas a su difusión, otro de los temas del FLISoL 2011, en sintonía con la agenda tecnológica y política de nuestro país, fue el voto electrónico. "Si bien el software libre es el único que garantiza la posibilidad de ser auditado, no alcanza para dar la transparencia que requiere una elección. El sistema que usamos hoy sólo requiere de un ciudadano que sepa leer y escribir para, capacitación mediante, ser actor de control. Con el voto electrónico, el fraude sería más fácil", opina Vladimir di Fiore. Si bien el tema del voto electrónico recién comienza a debatirse, los avances del software libre en América latina son cada vez más notables y cada vez son más las dependencias públicas que se suman a su uso. El objetivo, insisten los entusiastas de FLISoL, es que la tendencia se generalice en toda la región. En ese sentido, la distribución gratuita de netbooks a través del programa Conectar Igualdad -cercano ya al medio millón de equipos otorgados a estudiantes- plantea nuevos desafíos alrededor de la cuestión. Los organizadores del festival coinciden en que el uso de software libre es vital si la meta es educar para la libertad y la inclusión. "Enseñar con software privativo es enseñar con una caja negra, sobre la que ni el docente ni el alumno tienen más datos que los que su fabricante declara", argumenta di Fiore. Más allá de esta nueva fecha del FLISoL, la propuesta es que, ya sea acercándose a estos grupos de difusión en persona o a distancia, cada vez más usuarios puedan familiarizarse con el software libre en tanto "contrapoder y contracultura" frente a la lógica habitual de consumir y desarrollar programas de computación. Para eso, sitios como , entre muchísimos otros, ofrecen desde la Web un rico abanico de perspectivas ante una gran variedad de preguntas recurrentes. La curiosidad puede saciarse apenas a un click de distancia, y hacerlo vale la pena: incluso la tecnología más cotidiana impone sus cadenas, y el primer paso para aprender a cortarlas es conocerlas. <